El Gobierno de Navarra ha anunciado que a través del Instituto Navarro para la Igualdad ha aprobado una convocatoria de subvenciones para ayudar a las entidades locales a incorporar o consolidar durante 2020 la figura del agente de igualdad. El Ejecutivo foral destinará 185.000 euros a esta partida, un 12% más que en el procedimiento del año anterior. El Ejecutivo foral considera “clave” la presencia de este personal “técnico” en las entidades locales para incorporar el principio de igualdad y la perspectiva de género en las actuaciones de la administración local. Actualmente hay en Navarra un total de 23 entidades locales (integradas por 87 municipios) que cuentan con agentes de igualdad.
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La entidad local solicitante de la subvención para implantar un agente de igualdad deberá contar además ya en su estructura orgánica con una concejalía, comisión, o área de igualdad con funciones en esta materia, así como un plan de actuación para la consecución de la igualdad entre mujeres y hombres o la intención de elaborarlo, entre otros requisitos.
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En cualquier circunstancia cabría preguntarse por el sentido de este gasto totalmente ideológico, cuya incidencia de cara a la igualdad real resulta más que cuestionable y que, en todo caso, supone una ampliación de la burocracia administrativa y un nuevo coste sobre la ciudadanía, que además -como hemos visto- implica que ya previamente se ha realizado a su vez una ampliación anterior de la burocracia administrativa para crear una concejalía de igualdad o similar. En realidad, la existencia de estos “agentes” implica la aceptación de la premisa de que en España no existe igualdad jurídica para las mujeres y que las mujeres son sistemáticamente discriminadas en la sociedad, o no existiría siquiera el problema que los técnicos de igualdad tendrían que solucionar. Es decir, a lo mejor a las mujeres navarras y a la población en general le interesa más que le rebajen los impuestos o que al menos el dinero de sus impuestos sirva para que haya más ambulancias o para solucionar cualquier problema fehaciente y real.
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El caso sin embargo es que este nuevo gasto no llega en cualquier momento, sino en un momento en el que se espera un impacto atroz sobre la economía por la pandemia y una caída drástica de los ingresos públicos. Cuando el propio gobierno prevé para este año un agujero de 800 millones de euros, resulta incomprensible no ya que no haya frenado en seco la partida de gastos, sino que siga lanzado a este tipo de gastos totalmente absurdos en asuntos perfectamente prescindibles, cuando mañana vamos a tener severos problemas hasta para pagar lo más básico. Una vez más resulta patente la irresponsabilidad del gobierno y que la agenda política extremista prevalece sobre cualquier otra necesidad urgente y real. Es difícil discernir si es que el gobierno, tras fracasar totalmente en el apartado sanitario, tampoco en el apartado económico es capaz de ver lo que se nos viene encima o es que sencillamente le da igual, y tampoco es fácil tener claro cuál de las dos hipótesis es peor.
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“Agente de igualdad”: Traducción al idioma giliprogre del clásico “comisario político”.
Objetivo: ensanchar el pesebre para la gente de la cuadrilla ideológica.
Resultado: Se ha mareado al personal pero no se ha igualado lo que es imposible igualar.
Solución: nombrar más agentes, gastar más y el que venga detrás que arree.
Conclusión: si tragamos estoicamente con todo esto, es que cada día estamos más aborregados.
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