Irene Montero ministra de Sanidad, ¿dónde está el decoro?

No hay nada en Podemos que sea medianamente homologable en términos de presentabilidad ética y democrática. Alguien decía, por ejemplo, que mientras se celebra la caída del Muro de Berlín hace 30 años aquí hacemos un gobierno con comunistas y nostálgicos del Muro. Que no es una forma de hablar, que es que lo dicen ellos mismos. Pero las exigencias morales en España son sólo para la derecha, lo que determina que esta izquierda echada al monte no guarde ya ni un decoro mínimo.

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Y es que sólo bajo la premisa de una pérdida total de cualquier asomo de decoro se puede entender que Podemos, como se está comentando en los medios, pretenda poner al frente del Ministerio de Sanidad a Irene Montero. Repetimos: a Irene Montero.

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Lamentablemente no exagerábamos nada al decir que las exigencias morales son sólo para la derecha porque aquí un vicepresidente en un gobierno de izquierdas puede poner a su mujer al frente de un ministerio sin que ni los medios de izquierdas le critiquen ni sus votantes le abandonen. ¿Alguien se imagina a Rajoy nombrando ministra a su mujer? Y ojo porque está bien que la sociedad española no aceptara que Rajoy nombrara ministra a su mujer, lo inaceptable es que Pablo Iglesias pueda nombrar ministra a la suya y aquí no pase nada. Aún no ha salido ningún preboste socialista a decir que bajo ningún concepto pasará tal cosa y de hecho casi mejor, puesto que lo que hace hoy Pedro Sánchez es lo que ayer decía que de ningún modo aceptaría.

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Que de entre todas las personas posibles Pablo Iglesias nombrara ministra de Sanidad a su mujer sería un escándalo en cualquier caso, aunque Irene Montero estuviera sobresalientemente cualificada para el cargo, porque sería una decisión que rechinaría por todas las costuras de la ética y porque, por preparada que estuviera Irene Montero, probablemente nunca lo estaría tanto como para que no pudiera ocupar el cargo otra persona igual de cualificada con cuyo nombramiento no reventaran todas las consideraciones estéticas. Pero es que además Irene Montero carece de la cualificación necesaria para ser prácticamente nada por encima de concejal de pueblo.

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Según el propio currículum de la web de Podemos, Montero es una licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, con un un máster en Psicología de la Educación, que en 2013 obtuvo una beca FPU con la que comenzó (sólo comenzó) a desarrollar un estudio “sobre una experiencia innovadora de inclusión educativa y docencia compartida”, y a la que “decidió renunciar para reforzar su dedicación a Podemos”. Ha participado, eso sí, en diversos “movimientos populares” desde los 16 años. O sea, que a sus 31 años ha estudiado Psicología, no tiene la más mínima experiencia en gestión de la administración, y lo único que puede aportar en su vida laboral es haber trabajado un año en la empresa de electrodomésticos Saturn, allá por el año 2011. Juzguen ustedes si Irene Montero puede llegar a ser ministra de Sanidad por ser la mujer de Pablo Iglesias o porque, entre todas las candidatas posibles, nadie en España podría igualar su currículum y su cualificación para el puesto. Si es lo primero, ya podemos decir al menos dos cosas.

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La primera de ellas que este gobierno comienza su andadura renunciando por completo a la ética y al decoro desde el minuto uno.

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La segunda que si realmente Podemos y el PSOE pueden permitirse el lujo de tomar abiertamente ante todo el mundo una decisión como ésta, ¿qué no podrá pasar por detrás de las cámaras y por debajo de las mesas?

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Alguien podría pensar que todo esto no es, por el contrario, sino un nuevo conejo en la chistera para ahora aclarar que por supuesto que Irene Montero no será ministra de Sanidad (ni ministra de cualquier otra cosa, para lo que estaría igual de poco cualificada) y que precisamente con este gobierno es con el que no se verán este tipo de cosas. Pero incluso en ese caso, ¿decir el vicepresidente que no nombrará ministra a su mujer sería una evidencia de lo elevado que tiene el listón ético o todo lo contrario? ¿A qué tipo de persona le podría parecer un alarde decir que algo tan elemental es su límite ético?

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Comentarios (1)
  1. Muruzabal says:

    Otro gobierno “bonito”.

    Bien puntuado. ¿Te gusta? Thumb up 6 Thumb down 0

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