La mala noche de Bel Pozueta

Comparando resultados resulta llamativo observar cómo ha cambiado el mapa político desde las generales del 2011, en los tiempos en los que Uxue Barcos conseguía un escaño en el congreso. En aquel año Geroa Bai obtenía 42.415 votos y 1 diputado. Amaiur, antecesora de Bildu, conseguía 49.208 votos y otro diputado. En el día de ayer, Geroa Bai conseguía 22.150 diputados y Bildu 46.640. Ninguna de las formaciones obtuvo escaño en el Congreso.

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La tarde-noche sin duda se le debió hacer particularmente larga y amarga a la cabeza de lista de Bildu al Congreso, Bel Pozueta, madre de uno de los “txabales” de Alsasua y desarrolladora de SKOLAE. Hubo un momento del recuento, con un muy alto porcentaje de los votos escrutado, en el que Bildu se llevaba 1 diputado en el Congreso arrebatándoselo al PSOE. Al final, sin embargo, la suerte cayó del lado del partido de Pedro Sánchez. Alguien podría pensar que por desgracia, ya que al PSOE le puede resultar más difícil tener que recurrir a los escaños de Bildu que ser autosuficiente, pero lo cierto es que la presencia de Bel Pozueta en el Congreso era una auténtica afrenta. La designación de esta candidata muestra lo poco que ha avanzado moralmente la izquierda abertzale pese al cese estratégico de la violencia etarra. La elección de Pozueta para encabezar la lista al Congreso sería el equivalente a que otra formación hubiera puesto como cabeza de lista a la madre de alguno de los “txabales” de Falange y Tradición. Peor aún, puesto que a fin de cuentas estos no llegaron a tocar nunca un pelo a nadie.

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Este mismo fin de semana, por otro lado, la Guardia Civil detenía en Alsasua a un “txabal” (otro más) que está siendo juzgado por unos incidentes en el campus de la Universidad del País Vasco sucedidos en 2016. La Ertzaintza identificó a seis personas a las que acusó de intentar entrar a la fuerza en el Rectorado y herir a un vigilante en el asalto. Estas seis personas, sin embargo, se han negado a comparecer ante los tribunales negando la legitimidad de la Justicia y alegando que participaban en un acto político. Por esto fue detenido el “txabal” en Alsasua, para que declarara ante el juzgado, tras lo que fue puesto de nuevo en libertad. La izquierda abertzale lleva desde aquel año con una campaña en marcha llamada Leioako 6ak aske (libertad para los 6 de Leioa), que resulta altamente ilustrativa sobre la forma de utilizar a este tipo de tonto-matxakas de los que Alsasua parece un auténtico caladero. Es decir, se utiliza a estos “txabales” para mancharse las manos con los trabajos sucios que implican cierto grado de violencia, se les empuja a un marrón judicial y se hace a su costa y a costa de sus familias una campaña publicitaria. Además se lleva la campaña de victimización a todos los colegios del modelo D para que los tonto-matxakas sean los referentes morales de otros tonto-matxakas futuros que sigan nutriendo de tontos útiles a la izquierda abertzale y de presos cuyo sufrimiento se pueda usar con fines publicitarios, aunque se sea el causante indirecto de ese sufrimiento, por no hablar del de los agredidos por los tonto-matxakas. Si la campaña de utilización del dolor de estos txabales a los que se empuja hacia la cárcel sale bien, hasta se puede poner a la madre de uno de ellos de cabeza de lista al Parlamento. Lo que pasa es que a veces hay menos votantes delirantes de los que parece, los números no acompañan y los planes salen mal.

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