El concejal Cuenca, alias Spiderman, la librería Katakrak y el primer asesino de ETA

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En principio, un tuit de la librería-editorial-cantina Katakrak, publicado en el día de ayer, no debería ser mayor noticia, particularmente un tuit sobre el 50 aniversario de un poeta y ensayista, llamado Txabi Etxebarrieta. Este es el tuit al que nos estamos refiriendo.

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La cosa cambia un poco si, por ejemplo, relacionamos el tuit de Katakrak con esta otra serie de tuits publicados por Covite, también publicados en el día de ayer, coincidiendo con el 50 aniversario del primer (aunque discutido) asesinato de ETA.

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Seguramente no se les ha escapado el detalle de que, en los tuits de Covite, aparece el nombre de Txabi Etxebarrieta, el “poeta” del tuit inicial de Katakrak, que resulta que era uno de los etarras que viajaba en el coche al que detuvo en un control el guardia civil al que asesinaron. Es más, si acudimos a la Wikipedia, encontramos la cita con el relato de los hechos de Iñaki Sarasketa, el otro etarra que acompañaba en el coche al “poeta” Etxebarrieta:

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“Supongo que el guardia civil se dio cuenta de que la matrícula era falsa. Al menos, sospechó. Nos pidió la documentación y dio la vuelta al coche para comprobar. Txabi me dijo «Si lo descubre, lo mato»…Le contesté: «No hace falta, lo desarmamos y nos vamos»… Salimos del coche. El guardia civil nos daba la espalda. Estaba de cuclillas mirando el motor en la parte de atrás… Susurró: «Esto no coincide…». Txabi sacó la pistola y le disparó. Cayó boca arriba. Volvió a dispararle tres o cuatro tiros más en el pecho. Había tomado centraminas y quizá eso influyó. En cualquier caso fue un día aciago. Un error. Era un guardia civil anónimo, un pobre chaval. No había ninguna necesidad de que aquel hombre muriera”.

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Tras asesinar al agente, los dos etarras se dieron a la fuga y se refugiaron en la casa parroquial de un cura de Tolosa, de la que intentaron salir al cabo de unas horas volviendo a ser interceptados por una patrulla de la Guardia Civil, con la que se inició un forcejeo y un intercambio de disparos en el que murió Etxebarrieta. Es decir, Etxebarrieta fue el primer asesino de ETA y murió el mismo día que mató a su primera víctima, por eso coinciden en la fecha el tuit de Katakrak y el de Covite.

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Si, no obstante, seguimos el enlace del tuit de Katakrak, que nos lleva a la web de esta librería y a la ficha del libro, nos encontramos con que nada se dice en la web de Katakrak de que Txabi Etxebarrieta fuera un asesino. Se menciona únicamente que es el “símbolo de toda una época histórica: los años sesenta y el nacionalismo revolucionario de ETA”, y que murió “después de una corta pero intensa búsqueda de un sentido político para sus inquietudes”. También se nos dice que fue un “ejemplo” de “compromiso” y “entrega” con “los ideales del independentismo vasco, enriquecidos con la doctrina de la nueva izquierda europea”. Se remata la descripción añadiendo que era muy “simpático”, y que lo era porque “era profunda, inmensamente humano”.

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Hasta aquí el relato les puede haber parecido más o menos llamativo, pero a todo lo referido habría que añadir el pequeño detalle de que Armando Cuenca, alias Spiderman, el “amabilizador” de Pamplona, es uno de los socios de la librería Katakrak, y que de hecho ya ha tenido sus más y sus menos al conocerse que el Ayuntamiento de Pamplona, siendo Cuenca socio de la librería, ha llevado a cabo significativas compras de libros en ella. Ahora, además, los contribuyentes pamploneses sabemos el tipo de tratamiento que la librería de Armando Cuenca da al primer asesino de ETA.

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