Fair play

Desde que se desató la pugna por la presidencia de UPN, el sector de Catalán ha enviado a la militancia más o menos explícitamente una serie de mensajes descalificando a Yolanda Barcina, de los que les ofrecemos a continuación algunos ejemplos.

¿Barcina faltó a su palabra por no firmar algo que ahora se reconoce que estaba poco claro?

Después de que Barcina y Catalán no consiguieran ratificar el acuerdo esbozado por ambos el pasado mes de enero, Catalán se presentó a sí mismo como el que había cumplido su parte del pacto y a Yolanda Barcina como quien lo había incumplido. Sin embargo, según publica Diario de Navarra, la semana pasada Catalán ofrecía a Barcina retomar el acuerdo proponiendo que se puntualizara en la redacción que “en cualquier caso, la presidencia del partido ostentará la presidencia del comité de listas y la dirección política del partido”. Esta clarificación no la recogía el texto que Catalán, Adanero y Sanz presentaron a Barcina, con lo que se demuestra que si la presidenta de UPN no quiso ratificar ese texto no era que estuviera incumpliendo su palabra, sino que consideraba necesario clarificar antes de firmar dos puntos esenciales, que el texto dejaba al albur de futuras interpretaciones. Catalán, con su propuesta de puntualizarlos, viene a reconocer ahora la conveniencia de clarificarlos, o como mínimo que antes no estaban claros y que pretendía que Barcina firmara sin clarificarlos. Siendo así, lo que ahora no se entiende bien es que, en vez de clarificarlos, lo que hiciera Catalán cuando Barcina solicitó esta clarificación fuera presentar por sorpresa su candidatura entonces sí siendo él quien rompía el acuerdo. Visto ahora con más perspectiva, alguien podría pensar que el sector del quesito quería deliberadamente que el texto presentado a Barcina fuera poco claro en torno a esos dos puntos y que tampoco fue justo sugerir, sin más, que Catalán cumplía su palabra y Barcina faltaba a la suya por no querer firmar un texto confuso.

Falsedades, mentiras y descalificaciones

Tras el agitado Consejo Político de UPN el sábado, Catalán envió un mensaje a los militantes presumiendo de que “gracias a la generosidad de la que muchos hicimos gala demostramos que hay otra forma de hacer política, de hacer partido. Alejados de la descalificación, la falsedad y la mentira”. La pregunta es si resulta un poco contradictorio pretender estar alejándose de las descalificaciones llamando falsos y mentirosos a los otros.

Más contradicciones de Catalán

Aunque Catalán se presenta ahora a sí mismo como un hombre sin ambiciones, cuyo único interés es el partido y que incluso desea que Yolanda Barcina siga al frente del Ejecutivo durante “muchísimos años más”, lo cierto es que todo esto se compadece difícilmente con los hechos. Por ejemplo, es difícil entender por qué si es partidario de la bicefalia no se presentó como candidato a la presidencia contra Miguel Sanz. Tampoco se entiende que su candidatura sea resultado de una presunta desatención de la presidenta al partido cuando Catalán ya amagó con presentarse como candidato en 2008, antes de que se produjera esa presunta desatención. Finalmente llama la atención que Catalán asegure ahora que desea que Yolanda Barcina siga al frente del Ejecutivo durante “muchísimos años más” cuando él mismo, tan sólo unas semanas antes, preguntado sobre si Barcina debería volver a ser la candidata de UPN en unas próximas elecciones (tal vez anticipadas) aseguraba por el contrario que “habrá que valorarlo en el momento oportuno”. Lo cual, por otro lado, para algunos observadores revelaría una operación de fondo que constituiría la matriz del conflicto.

¿Veto de Barcina o imposición de Catalán?

En las últimas horas, pronunciándose sobre el rechazo de Yolanda Barcina a que Amelia Salanueva se convierta en la nueva secretaria general del partido, Catalán ha declarado que en UPN “no caben vetos” y que él siempre ha sabido anteponer los intereses de UPN y de Navarra “por encima de cualquier otro tipo de interés personal o de grupo”. Una vez más las palabras de Catalán acusando a de imponer vetos parecen discurrir por un sendero opuesto al de los hechos, puesto que malamente se entiende que tratar de buscar un candidato de consenso sea un veto o que convertir en indiscutible la candidatura de Salanueva no pueda ser considerado en cambio una imposición.

Catalán no cede nada por la unidad del partido

En toda la pugna que está teniendo lugar en el seno de UPN, a pesar de que a menudo presuma de ello, Catalán no cede nada por la unidad del partido. En todos los escenarios planteados hasta ahora Catalán gana poder y Barcina lo pierde. Catalán no ha propuesto ningún acuerdo con el que pierda poder o sacrifique nada respecto a lo que ahora tiene. Por tanto no tiene sentido que Catalán pretenda que lo que está sucediendo en UPN tenga nada que ver con sus sacrificios y cesiones por el bien del partido. La única propuesta por escrito hasta ahora, de hecho, se parece mucho a que Barcina cede todo el poder en UPN y Catalán lo recibe, en un acto de sacrificio y renuncia personal por parte de…ustedes mismos.

En cualquier caso, asumiendo que Barcina no es tan mala pero tampoco lo es Catalán, seguramente es bueno para UPN que las diferencias entre sus líderes (que las hay) se resuelvan sin mayores descalificaciones personales entre ellos, para que el partido pueda seguir cohesionado sea cual sea el resultado del Congreso.