Para detener la cuenta atrás de la bomba demográfica, incluso para Público, hace falta traer a España desde donde sea antes del 2030 a 7 millones de personas. El diario más próximo a Moncloa asegura que, según los últimos cálculos de la Comisión Europea, España necesita recibir al menos siete millones de inmigrantes en los próximos 20 años para que nuestra tasa de dependencia –de la que ayer mismo hablábamos en este confidencial- se quede en el 34%. Es decir, que por cada 100 personas que trabajen haya 34 jubilados.
Sin esta afluencia masiva de inmigrantes, el diario se remite a los cálculos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), según los cuales la tasa de dependencia se disparará hasta el 48,7% en el año 2050. Otro de los estudios citados en la información es el encargado por el Ministerio de Trabajo a Zenón Jiménez-Ridruejo, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valladolid. Según este experto, si la entrada de inmigrantes se frenara hasta cortarse en 2025, asistiríamos a lo que el catedrático llama “formidable envejecimiento” de la población, disparándose la tasa de dependencia hasta el 74%, una cifra “imposible de soportar”. En el escenario base de su simulación, con un resultado similar aunque todavía peor que el de Fedea, la tasa de dependencia alcanzaría el 54% para el 2050. Sin inmigración, Jiménez-Ridruejo estima que el fondo de pensiones entraría en apuros ya en el año 2015.
La imposibilidad de mantener los sistemas piramidales
Aunque los estudios citados por Público coinciden en la insostenibilidad del sistema de bienestar sin una afluencia masiva de cotizantes, en el recurso a la inmigración como solución a nuestros males hay que suponer que los inmigrantes vendrían con un contrato de trabajo bajo el brazo. En caso contrario se sumarían a los casi 5 millones de nativos e inmigrantes que ya se encuentran en España desocupados. La mano de obra inmigrante, por otro lado, de cara al cacareado “cambio de modelo económico” que necesita España no se caracteriza por el I+I+D+etc, sino por la oferta de trabajo poco cualificado.
Yendo aún más al fondo del problema, el artículo reconoce que al menos hasta 2045 las migraciones contribuyen al sistema de pensiones, pero que más allá de esta fecha el número de inmigrantes que se jubila comienza a crecer. Entonces hará falta una entrada todavía más masiva de inmigrantes para sostener a la anterior oleada de inmigrantes que se jubilen. Es lo que tienen los sistemas piramidales, que exigen para mantenerse de un crecimiento permanente y exponencial de la base.
Soluciones
El número de medidas ante la situación que se nos viene encima inexorablemente parece limitado. Entre las posibles soluciones, aparte de posibles combinaciones entre ellas, sólo se nos ocurren las siguientes:
-Más niños
-Más inmigrantes
-Períodos de cotización mucho más largos
-Resignarse a cobrar pensiones ridículas
-Abandono del sistema de reparto por uno de capitalización
-No hacer nada e insultar a la pirámide
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Otra posibilidad es imponer un principio de afectación de descendientes a ascendientes. Que sean los hijos (y sobrinos) de cada uno los que paguen las pensiones de sus padres. Que viva el clan.
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Maldan eso no se impone, en realidad (existe?) existía antes de que cierta progresía decidiera cargarse el modelo de familia tradicional. De hecho, sin ese poso cultural nadie puede entender que tengamos 5 millones de parados y no pase nada. (no he de negar que las posibles herencias también ayudan…)
De nuevo los hijos serán el mejor activo para las familias, si bien, aquellos que se comieron el pan antes de que se lo trajera un niño bajo el brazo, no deben esperar que ahora se lo repartan aquellos que lo han cuidado con cariño tanto tiempo; sobre todo porque como aquí no les proporcionamos salidas laborales están empezando a marcharse al extranjero a buscarse las habichuelas.
En fin, por lo que nos cuentan estos sesudos estudiosos, nos veo octogenari@s cachond@s sirviendo cubatas a los turistas chinos, indios y brasileños mientras les enseñamos las ruinas de un país antes llamado España, para poder pagar la hipoteca que todavía deberemos por el pisito.
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Es curioso que ante los mismos datos, la opción de unos sea tener más niños, dando la oportunidad a la gente para tenerlos, y la de otros sea más aborto a “tutipleni”, pastillas como por un tubo para las niñas, y así no tener otra opción que traer 7 millones de moros, que son los que les molan porque al parecer a nuestros amigos de hispanoamérica les da la manía de hablar español, y hasta de no hacer lo que les mande un imán paragdo con dinero extranjero y sucio.
Yo voto por la primera opción, es muy reconfortante tener hijos y esos ojitos que te miran (y divertido el hacerlos), y si no queda más remedio, pues VIVA LA HISPANIDAD, y dejamos entrar a nuestros primos que para eso son de nuestra ¡¡familia !!(y perdón a los progres por tamaña palabrota)
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