Mucha fiesta, poca gente

Hacemos lo que podemos, pero no damos abasto. Menos mal que este verano han venido más turistas extranjeros para echar una mano. Pero aún así, con la cantidad de fiestas que tenemos no hay manera de llenar nada. Navarra es pequeña y los compromisos se multiplican. La generación de baby boom ya no está para aquellos trotes. Los bares están vacíos, las orquestillas de los pueblos tienen a menudo más músicos que gente bailando, los jóvenes ya no salen a las vacas como antes. ¡Qué sería de nosotros sin las comisiones de festejos!. Son el motor de cada ayuntamiento. O sea, lo que se lleva la gasolina. Y mira que entre todos ponemos una buena pasta para que las cosas se hagan. O se "hagan hacer", a base de presupuesto público, claro. Los músicos, los feriantes, los espectáculos, los toreros… Dentro de poco tendremos que contratar gente hasta para que venga de fiesta con nosotros, o para que coma en nuestro lugar, como en cierto modo hacen algunos pamploneses que trabajan todo el año para dejar la ciudad perfecta y se van justo en el momento de la avalancha australiana. Lo dicho. A lo mejor hay que redimensionar la actividad veraniega, que está muy bien asumir con orgullo la tradición de la fiesta patronal, pero es que nuestros abuelos no tenían el "voy y vengo".
 
Jerónimo Erro

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Sin valorar todavía)
Cargando...

Entradas relacionadas

Dar de baja