Zapatero vs Ibarreche.

Navarra sí, Navarra no.

Tanto el lehendakari Ibarreche como Zapatero fueron interrogados por la prensa para averiguar si Navarra había formado parte de su conversación de más de dos horas en la Moncloa. Zapatero negó tajantemente la mayor: “la palabra Navarra ni siquiera ha aparecido, no hemos hablando para nada de Navarra”. El lehendakari Ibarreche, por su parte, insistió en afirmar que “yo lo que he hecho ha sido recoger la disposición que tenían varios partidos, entre ellos el PSE, para firmar los grandes acuerdos de mi propuesta. No he variado ni una coma”. Ibarreche se refería así a los llamados “pactos de Loyola”, firmados durante el proceso-trampa de negociación con ETA entre el PSE/PSOE, el PNV y la propia ETA/Batasuna.

La pregunta de los periodistas respecto a Navarra era obvia, puesto que la oferta con la que Ibarreche acudió ayer a la Moncloa es pública y se puede encontrar colgada en la web del gobierno vasco. Dicha oferta es una transcripción literal de las bases para un acuerdo alcanzado entre los socialistas y Batasuna en Loyola. Naturalmente Navarra se encuentra en el centro de dicho acuerdo adoptado al margen de su voluntad y en el marco de una negociación con una organización terrorista. Los términos de las bases para el acuerdo que a continuación reproducimos, por lo demás, no dejan lugar a dudas. Siendo este el programa con el que se presentó Ibarreche en Madrid, cuesta creer que ayer no se hablara de Navarra en Moncloa

El Pueblo Vasco forma una nación.

Las partes, a la hora de sentar las bases para negociar el futuro acuerdo, establecen que el pueblo Vasco es una nación: “El acuerdo resultante reconocerá la identidad nacional del Pueblo Vasco. Dicho reconocimiento recoge así el sentimiento de pertenencia a una nación ampliamente compartido en la sociedad vasca”.

Navarra forma parte de esa nación a través de Euskal Herria.

"Reconociendo que los partidos mantenemos diferencias sustanciales en torno a la presente y futura configuración del Pueblo Vasco, aceptamos que existe una realidad conformada por vínculos sociales, lingüísticos, históricos, económicos y culturales llamada Euskal Herria que se constata en los territorios de Araba, Nafarroa, Bizkaia y Gipuzkoa en el Estado español, y Lapurdi, Zuberoa y Baxe Nafarroa en el Estado francés".

El euskera. Compromiso de los firmantes de hacerlo oficial en toda Navarra y desarrollar una “política activa” de “normalización linguística”.

"Nos comprometemos a defender que el euskera constituye un patrimonio común de todos/as los/as ciudadanos/as del pueblo vasco, que su conocimiento y uso es un derecho de todos, y deber de las administraciones públicas garantizar las condiciones que posibiliten el ejercicio de dicho derecho en igualdad, especialmente en todo lo referido al sistema educativo y a los medios de difusión cultural. En este sentido, será reconocido legalmente y utilizado como lengua oficial (al igual que el castellano) en los cuatro territorios de la Comunidad Autónoma Vasca y de la Comunidad Foral Navarra, desarrollándose una política activa y progresiva tendente al objetivo de la total normalización lingüística".

Un gobierno común para la CAV y Navarra.

"Partiendo de la actual realidad jurídico-política, plasmada en la existencia de dos ámbitos institucionales diferenciados (Comunidad Autónoma del País Vasco y Comunidad Foral Navarra), nos comprometemos a promover la creación de un órgano institucional común para los cuatro territorios comprendidos en dichos ámbitos. Este órgano institucional tendrá las atribuciones ejecutivas y de propuesta legislativa en el marco competencial que se acuerde, de conformidad con el ordenamiento jurídico. Dichas atribuciones serán objeto de negociación durante el transcurso del diálogo multipartito.

Estas atribuciones tendrán que contar con la adhesión y el respeto de la voluntad democrática de la ciudadanía en cada ámbito territorial".

Los firmantes, incluidos los socialistas, se comprometen a “promover” la creación de ese órgano común con capacidad ejecutiva y legislativa. El “respeto de la voluntad democrática de la ciudadanía” en Navarra, por tanto, podía depender de lo que decidiera votar el PSOE/PSN en nuestro Parlamento según cómo evolucionara el proceso, puesto que se elude aquí (y también se hará al final como se verá) especificar si la forma de que la ciudadanía navarra se exprese al respecto es el referendum.

La “euroregión vasca”, incluida Navarra y el País Vasco francés.

"Nos comprometemos a que el acuerdo resultante, dentro del marco de la Unión Europea y el respeto de las legislaciones de los Estados correspondientes, contemple la creación de una eurorregión vasca u otras estructuras institucionales que la evolución del Tratado de la Unión Europea vaya posibilitando".

Epílogo.

"Una vez alcanzados los acuerdos de las mesas se harán públicos (de la manera que acordemos) y los partidos firmantes, según lo previsto en el punto 1.5, nos comprometemos a promover:

a) la tramitación y aprobación en los parlamentos de la CAV y CFN.

b ) la tramitación y aprobación en las Cortes Generales.

c) el refrendo popular por medio de referéndum.

d) la constitución del órgano institucional común".

A todo lo anterior es a lo que los socialistas se comprometieron con el PNV y Batasuna. Como puede observarse, los socialistas se comprometieron a “la tramitación y aprobación” en el Parlamento de Navarra de todos los puntos anteriores, incluyendo los relativos al reconocimiento de la nación vasca, a Euskal Herria como base de esa nación, al establecimiento de la oficialidad del euskera y su “normalización” en Navarra, a la creación de un órgano de gobierno común para la CAV y Navarra, y a la inclusión de Navarra en una “euroregión vasca”.

Todo lo cual queda sometido a un referendum en el cual los socialistas se comprometen a promover el sí.

Con la salvedad de que la creación del órgano común, además, queda como último apartado después del referendum, con lo que parece quedar al margen del citado referendum pudiendo entenderse que éste se refiere sólo a los puntos anteriores.

Cierto que todo esto, aparentemente, ha quedado en nada tras la ruptura del proceso. Sin embargo, que no haya habido compraventa no significa que no se haya discutido un precio, e incluso que no se haya pagado una señal. El Pacto de Loyola que acabamos de transcribir en sus aspectos fundamentales es esa señal.

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