Mariano R. -el señor "yo"- lo ha dicho por activa y por pasiva. No con esas palabras pero sí con otras más claras todavía. Lo ha dicho cuando se lo ha preguntado Progre J. Ramírez y también cuando no se lo ha preguntado nadie. Y si alguien no quiere saberlo es porque se tapa los oídos a propósito o porque se muere de miedo sólo de pensarlo. Pero las cosas son lo que son: si gana, el PP no hará nada por desmarcarse del desastre zapateril. Afirman sus dirigentes que no revocarán ninguna de las leyes-basura socialistas que, junto con la política terrorista, son las que han sacado a más gente a la calle. No revisarán el divorcio express al igual que Aznar no revisó el divorcio a fuego lento. No tocarán una coma de la actual ley despenalizadora del aborto que provoca más de 100.000 muertos cada año en España. No derogarán el matrimonio homosexual porque "hay problemas más importantes". No darán marcha atrás, en bloque, en la "ley de memoria histórica"…
Lo único que dicen que van a cambiar es la legislación educativa -si, la que necesitaba un consenso para evitar cambios cada cuatro años- pero ni por esas, porque en esta delicada materia resulta que el precedente de Navarra, donde UPN y su gobierno ocupan el lugar del PP, hace temer que ni siquiera la nefasta "EpC" merezca un giro de 180 grados tras el paso de ZP-Atila.
¿Qué es lo que nos queda pues, para elegir en estas presidenciales? Pues la ilusión, la estética, el glamour. Vivimos en un país de peluqueros. El próximo presidente -con barba o con cejas- lo decidirá algún estilista de lujo. A los demás, nos tomarán el pelo como a borregos los zagales a sueldo, y encima será por nuestro bien.
Jerónimo Erro
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