Disponen de suficiente margen.

Según informaba hace ya unos meses la agencia EFE "El precio de los cereales amenaza con disparar la inflación". "Los aumentos del precio de los cereales, causado por la creciente demanda para fabricar biocombustibles, podría provocar una fuerte subida de precios de los alimentos básicos en España que repercuta en la inflación hasta disparar su tasa al 3,5 por ciento al cierre del año", según los expertos. La agencia considera causa única y la atribuye a los biocarburantes. Antes de hacer una afirmación tan categórico habría de tenerse en cuenta el efecto del petróleo, básico en toda producción -que hará subir la inflación en los últimos meses de 2007 debido a que los precios del crudo estaban más bajos un año antes-, las malas cosechas en otros países grandes productores, el aumento de la demanda por países emergentes, etc. a este se puede unir el repunte de los productos alimentarios básicos si se cumplen las previsiones ‘más alarmistas’, pero de ahí a que sean estos, los biocarburantes, los causantes hay un gran trecho.

Sin embargo, los ‘indispensables’ en la cesta de la compra han experimentado subidas muy significativas en el último año y especialmente en el último mes. Tal es el caso del pan, que según los datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) de julio, subió un 6,1 por ciento interanual, aunque su principal materia primera, que son los cereales y sus derivados, sólo había aumentado el 2,3 por ciento en el mismo periodo, cosa que demuestra, una vez más, que la subida no se deben a la carestía de las materias primeras sino a los costes de elaboración y transporte -no olvidamos que estos consumen energía fósil- o a la especulación. Además, el aumento del precio de los cereales en los últimos meses afecta también al precio de las carnes, que, excepto en el caso del ovino -que ha bajado-, han experimentado crecimientos tan significativos como el de la carne de ave, que se encareció un 6 por ciento en el último año, o la de vacuno, un 5,7 por ciento más cara a pesar de que los productores la cobraban más baja y ha puesto al borde de la quiebra a muchos de ellos.

Pienso que atribuir a la subida de los productos alimentarios a la subida de los precios agrícolas en origen es un gran error, pues las restantes eslabones de la cadena comercial cuentan con suficiente margen que le permite asumir, si quieren, el pequeños aumentos, en origen, sin repercutirlo en el consumidor y, por lo tanto, en el IPC. Más, si no consideran que el aumento del precio puede hacer disminuir el consumo con la consiguiente disminución de sus ventas. Repito, cuenta con suficiente margen como para no repercutir en el consumidor. Otras deben ser las causas aunque el motivo sea este.

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